martes, 4 de mayo de 2010

todo el mundo tiene un primo en el canal de la mona, homero pumarol

Cada paraíso tiene su inferno y es precisamente la conjetura
entre ambos lo que se deja ver en las letras de Homero Pumarol: el poeta frente al contraste de realidad en Santo Domingo, testigo de la ciudad que lo vio nacer y lo envuelve en sus espejismos tan reales; el sol y las playas, el ron y la fiesta, las costumbres y sus olvidos. Como habitante es un tipo simple, excéntrico en sus ocurrencias; como poeta es duro y elocuente, pero además dispuesto a vivir cada centímetro de playa o asfalto y cada gota de alcohol que alimente su necesidad de burlarse de la realidad, tan abigarrada para cualquier dominicano.
Todo el mundo tiene un primo en el canal de la mona reúne una serie de poemas que fueron escritos en diferentes épocas, algunos en el tiempo en que vivió en la Ciudad de México.
El título expresa de manera tajante la pesada realidad de muchos dominicanos: el sueño gabacho y la imposibilidad de lograrlo sin arriesgarse la vida “y los spikes del Big Daddy son unas yolas Puma donde viajan cuatro mil indocumentados burlando los radares de los guardacostas gringos hasta Borinquen y de Borinquen a Michigan o a Nueva York”. Mas a pesar de que critica y quen York” burla la aculturización gringa, como hace en Niuyorricans, no la Niuyorricans desarraiga de la cotidianidad de la que él mismo es parte. Sisters, cars, husbands and sons. Así son las cosas en Santo Domingo.
Pero del paso con los años por esas playas emergen también imágenes sobre como eran las cosas en Santo Domingo, y con nostalgia o sin ella, mata a Jack Veneno de una vez por todas: ese luchador que alguna vez fue un héroe nacional “Jack Veneno ha muerto, el campeón de la bolita del mundo, el líder de la cuadra de los técnicos que luchó en mi sueño a trío con Blue Demon y El Santo contra Frankenstein, El Hombre Lobo y La Mujer Maravilla”. Recuerda a los amigos que se quedaron y los que  se han ido, como han cambiado las cosas en Santo Domingo. Esa transformación no lo deja fuera, él también se modifica y rebela a las costumbres cotidianas: “el que no baila no come bizcocho” una expresión común dirigida a los niños para animarlos a integrarse en la fiesta pero “¿para qué yo voy a bailar si yo se que tengo el tumbao? ¿para qué yo voy a bailar si lo que quiero es galleta?”. Ahora es el poeta frente al manojo de galleta?” cultura de un país en el que “Dylan nunca fue ni será popular”.
De los cinco años vividos en México, comparte diez poesías en las que retrata una realidad distinta pero aún así íntima. Bienvenida, Wellcome nos invita a imaginarnos el caos defe- ño experienciado por un dominicano, siendo no tan diferente a otras experiencias cualquiera en el mounstro del centro. Con locuacidad denota en estos poemas el surrealismo mexicano que le entró hasta la huesos: “me gustó mucho (…) es una ciudad del recontracarajo, eso no es una ciudad es como un sistema, o sea el comunismo, el capitalismo y el DF”.
Todo el mundo tiene un primo en el canal de la mona tuvo su primera edición en la cartonera Textos de cartón de Córdoba, Argentina. La rueda cartonera presenta esta segunda edición ampliada y revisada por el autor “y si todavía no estás segura de que aquí es la fiesta, deja de beber cerveza, ponte la ropa y vete”.

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