viernes, 11 de septiembre de 2009

Tripas de gato, Sergio Fong



El personaje es el cuento, que hablando solo "como un saico escucha voces" en una
banca de las de afuera del Teatro Degollado se topó con él mismo platicándose su propia historia.

¿La realidad es un cuento o los que hacemos la realidad somos puro cuento? tripas de gato es en realidad un trilogía que reúne una serie de cuentos publicados bajo los títulos: pájaros en el andamio, I.H. y tranka tranka el atraco. Cuentos que reflejan la realidad ácida de una ciudad cargada de contradicciones, esa vorágine de transeúntes y concreto que alberga un refugio interior: el barrio; cuentos que son el protagonista mismo de ese mundo, personajes con nombres que pudieran tener la cara de cualquier toncho, marihuano o teporocho, tu o yo. Una ciudad que grita por las bocas de sus muertos andantes y se reivindica a través de sus parias y vagabundos, drogos y delincuentes, materia prima de un escritor que no sólo es testigo, sino que experiencía en carne propia un mundo tan vivo pero olvidado.

Para curarnos de azoteas

¡Ay ojeras de perro!, el burlesque más atroz. Triple sueño repetido: El escenario es un cantón de adobe sin enjarrar, siempre te atienden dos pequeños pajes (que sin duda, aún no han nacido) y te dejas llevar por la marea a un salón enorme lleno de briagos, donde todo parece un burdel de ínfima categoría. Normal, no pasa nada. El segundo salón es lo saico, un especie de ruedo, o palenque en miniatura, donde uno es el espectador y ahí está el jolgorio. Personajes disfrazados como en un carnaval representan la danza más destrampada que mis ojos ahigan videado: Una fémina enana vestida de gran gala se empieza a contorsionar a contraluz (en una especie de contradanza), logrando empequeñecer aún más su tamaño; si era de un metro veinte de estatura, su cuerpo ahora se reduce a unos setenta centímetros, y luego como una ilusión se convierte en una masa amorfa vestida de blanco, la tensión es total; hay una placidez, un encantamiento como si la soledad me arrobara, y la dicha y la felicidad me consumieran, La dama despide un leve olor a fango pero su plumaje limpio: blanco como la coca, las luces incandescentes vienen de sus adentros, hay una metamorfosis y la fémina destellante se recrea en forma de gallina. ¡Pasumadre! El público ya esta en la cima del éxtasis, el guaino se derrama y la gallina empieza a picotear su alimento. Pienso, eso creo, que todos los artistas están en la euforia total e imitan a doña gallina. Inverosímil, el monstruo de las mil cabezas, pero nada, no es verdad y la razón no se sostiene. Lo que realmente están haciendo es espulgar y espulgar el escenario: buscando cada cual su piedrita para seguir fumando.


Género: Narrativa Tiraje: 150 ejemplares Portadas: Chava Rodríguez, Edgar Badial, Erandini, Pavel y Tatei, entre otros Precio: $100

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